martes, 28 de abril de 2015

SANJUANEROS VÍCTIMAS DE LA REPRESIÓN FRANQUISTA


Uno de los ámbitos de actuación que recogen nuestras finalidades como entidad social y cultural sin ánimo de lucro es el desarrollo de acciones de investigación, estudio, análisis y divulgación de hechos y acontecimienos históricos pues asumimos que el conocimiento de nuestro pasado es un elemento imprescindible para construir ciudadanía, cultura comunitaria propia y cohesión social. Despertar y motivar la curiosidad a través de la divulgación y difusión de pasajes y hechos de nuestro pasado promueve el interés por el aprecio e identificación con el territorio que poblamos. Impulsar procesos de aprendizaje y reconocimiento colectivo de nuestro devenir histórico dan valor a esa premisa que dice “No se puede apreciar lo que se desconoce” (y no por repetida la frase ha perdido vigencia y sabiduría) constituye nuestro argumentario para implicarnos en esta labor de trasladar al conocimiento ciudadano los antecedentes que nos han traido hasta el s. XXI y que no son en absoluto ajenos a nuestra realidad actual. No es aventurado afirmar que San Juan y sus pobladores son hoy en día el resultado de los muchos siglos que nos anteceden como poblamiento humano y que es necesario dar a conocer a todos los que habitamos este rincón del Aljarafe y los muchos que, a pesar de haber abandonado nuestra vecindad, siguen manteniendo lazos afectivos con nuestro municipio los hechos y acontecimientos que han marcado hitos en nuestra vasta historia local.

Es probable que dentro de la historia milenaria de San Juan de Aznalfarache los dramáticos sucesos ocurridos en el municipio a partir del 21 de julio de 1936 (fecha en que las tropas militares sublevadas contra el gobierno de la República entran en la localidad) y los primeros años de la posguerra ocupen un lugar especialmente ignorado en el generalmente poco conocido relato histórico local. El olvido impuesto y la desmemoria condicionada por los años de la dictadura, sostenidos durante la transición y vigentes hasta hace poco más de una década nos ha privado del conocimiento de la realidad histórica de un período que, sin lugar a dudas, ha sido el más trágico de nuestro país y en el que en San Juan de Aznalfarache se cobró un dramático peaje traducido en el asesinato de 74 sanjuaneros y sanjuaneras (entre las que se encuentran 10 mujeres y dos menores de edad) y en una franja de edad especialmente joven, sin olvidar el sufrimiento ocasionado por el castigo de la humillación, el desprecio y la exclusión social al que fueron sometidas sus familias simplemente por tener lazos de parentesco con los “rojos” y la depuración laboral a muchos trabajadores y trabajadoras por sospechas o antecedentes de no ser adeptos a los principios políticos, sociales y religiosos que impusieron las fuerzas fascistas.

Tras 3 años de investigación buscando desde nuestra asociación testimonios, urgando en archivos, hemerotecas, bibliografía y otros fondos documentales datos e informaciones sobre, posiblemente, el pasaje más oculto y siniestro de nuestro pasado tuvimos la fortuna de encontrarnos con el magnífico libro del historiador José Mª García Márquez “Las victimas de la represión militar en la provincia de Sevilla 1936 – 1963” editado por Asociación Andaluza Memoria y Justicia y Aconcagua Libros (Sevilla 2012 – ISBN 978-84-96178-94-6), posiblemente la obra más completa y rigurosa publicada hasta la fecha sobre las consecuencias de la sublevación militar en los municipios de la provincia hispalense. Este título nos permitió confirmar los datos que ya habíamos descubierto en nuestra investigación y una considerable ampliación del número de victimas y del que aportamos varias páginas de la obra histórica de José Mª García Márquez que recogen datos personales de las personas represaliadas criminalmente.

Las terribles consecuencias que para gran parte de la población sanjuanera significó la implantación de un auténtico estado del terror tras la ocupación de las tropas golpistas tuvo como fatal deselance los asesinatos de 74 vecinos (cerca de un 2 % de la vecindad de la época. Un siniestro porcentaje que se repite en los actos de exterminios y la implantación del terror “ejemplar”para el sometimiento de las localidades ocupadas). La represión criminal y genocida ocasionaron la mayor masacre ocurrida en nuestro municipio desde el s. XIII, y meses de pánico para muchas familias temerosas de una delación o ser señaladas por los miembros de la vecindad que colaboraron denunciando o participando directamente en las detenciones y crímenes . Esta cruel matanza inhumana alcanza un mayor grado de barbarie cuando en nuestro municipio no hubo resistencia alguna a las tropas ocupantes ni se realizaron actos de represalias personales o contra su patrimonio a los vecinos que vieron con simpatía y adhesión el golpe de estado contra el gobierno legítimo de la II RepÚblica Española. El único acto reprobable en el que participaron algunas de las víctimas fue la ocupación y desalojo de mobiliario y enseres de la capilla del Rosario para constituir un centro obrero. Los muertos no fueron víctimas de la guerra civil ni cayeron en la contienda militar, puesto que no hubo conflicto bélico en San Juan de Aznalfarache, fueron civiles inocentes y desarmados cuyo único “delito” fue ejercer y defender los derechos legítimos amparados por la democrática Constitucion Española de 1931, pensar de manera distinta a la ideología totalitaria que los dirigentes de la sublevación militar acabaron imponiendo en todo el pais o, simplemente, ser familiar de los anteriores.

Por todo lo que hemos conocido sobre este triste episodio hístórico veíamos necesario trasladarlo al conocimiento público e invitar a la Corporación Local a que se pronunciase sobre la muerte de unos vecinos asesinados por la intolerencia y el odio cuya memoria ha estado olvidada durante más de siete décadas y cuyo cruel sacrificio no tuvo otra culpabilidad que el ejercicio de sus derechos y los deseos de mejorar las condiciones de vida de sus convecinos en unos tiempos en el que los trabajadores y las clases populares sufrían especialmente un sistema injusto, de humillación y explotación dramáticos.

Verdad histórica, justicia como víctimas y reparación moral son los motivos que nos han llevado a la presentación para su consideración al Pleno Municipal de una moción que promueve el reconocimiento y la dignificación institucional de la memoria de estos 74 vecinos y su divulgación a la ciudadanía.

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